Innovación en empaques
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Todos los seres humanos somos potencialmente creativos, pero no todos tenemos la capacidad para ejecutar y llevar a cabo nuestras ideas, ahí radica la gran diferencia entre quienes innovan y quienes simplemente siguen la dinámica de una categoría. Si investigamos y creamos con las mismas metodologías que los demás, seguramente todos llegaremos al mismo punto. Conciencia
Los empaques son, definitivamente, un muy poderoso punto de contacto entre la marca y el consumidor. En muchos casos son el único punto de contacto. Por tanto, se convierten en el puente de la construcción de la marca. Pero, ¿verdaderamente construimos territorios de marca nuevos y diferenciados? ¿Creamos empaques innovadores?
Esta es una pregunta que siempre nos hacemos en nuestro trabajo, porque a menudo recibimos pedidos que se asemejan a otros y que en realidad no generan un alto grado de diferenciación. Si así se llevaran a cabo, realmente tendríamos un panorama idéntico en el punto de venta. Cuando comenzamos un proceso y nos enfocamos en los usuarios, muchas veces nos damos cuenta de que, en miles de categorías, las marcas y sus empaques no son lo que los consumidores soñarían. Pero, ¿por qué?
Porque, muchas veces, nos da miedo ser muy diferentes y alejarnos al líder en la categoría. Porque resulta más fácil construir desde lo que el líder en la categoría ha realizado en su trayectoria, que generar un proceso juicioso y metodológico de auténtica innovación, plantear algo totalmente nuevo, una marca con unos valores jamás vistos en la categoría, con una funcionalidad de empaque que verdaderamente sorprenda y deje bocas abiertas.
Pero lograrlo sí es factible. Existen mentes creativas y estrategas capaces de lograrlo. Lógicamente, ello toma más tiempo, dinero y esfuerzo de todos en el equipo; por lo tanto ser innovador es una tarea difícil y requiere de un método y de un alto nivel de incertidumbre.
Muchas empresas medianas se preocupan por que las grandes tienen grandes monopolios, porque estas últimas tienen un gran músculo financiero, pero en el mundo existen muchos casos que muestran cómo las empresas más pequeñas también pueden tomar parte de la gran torta y llegar a volverse importantes en una categoría, como es el caso de la firma Method en Estados Unidos, compañía que logró --a través de un nuevo concepto de limpieza, salud, diseño, cuidado del medio ambiente y efectividad-- ser realmente diferente, a tal punto que fue adquirida por una empresa más grande. Estaba creciendo rápidamente y dando mucho de qué hablar, sólo a través del punto de venta, sin publicidad, sin comerciales, únicamente con un trabajo metodológico extraordinario y creativo.
Existe la plena seguridad de que ser más pequeño que el líder tiene grandes ventajas, como la flexibilidad en líneas, la capacidad de estar renovando, sorprender en temporadas, in & outs, y de “gritar” otras cosas en el punto de venta. Claro está que los grandes lo hacen y pueden seguirlo haciendo, pero les toma mucho más tiempo, más aprobaciones y dificultades para implementarlo que lo que les toma a los medianos o pequeños.
La innovación es 1% la idea y 99 % su ejecución
Muchas veces las ideas, desde el lápiz, son sorprendentes, y de éstas muchas serán aplicables. Pero toma más tiempo, más presupuesto y esfuerzo mental diseñar la forma efectiva de ejecutarlas, con las herramientas con las que hoy contamos: desde la manufactura, los canales, la comunicación, la logística, entre muchos otros aspectos a tener en cuenta.
Es muy común tener grandes y valiosas ideas que, una vez se llevan a la ejecución, comienzan a perder fuerza, porque se empieza a variar la forma original; el color, la forma de etiquetar, el embalaje y, con tantos cambios, se pierde el concepto inicial; se pierde el impacto innovador que se quería lograr. Todo porque, en muchos casos, no existe un líder/coach/facilitador de innovación que vele por el detalle y la minucia en la ejecución, ese 99% que podría llegar a desdibujar el 1% que representaba la idea.
Todos los seres humanos somos potencialmente creativos, pero no todos tenemos la capacidad para ejecutar y llevar a cabo nuestras ideas, ahí radica la gran diferencia entre quienes innovan y quienes siguen la dinámica de una categoría. Si investigamos y creamos con las mismas metodologías que los otros, seguramente todos llegaremos al mismo punto. Como decía Alan Kay: “La mejor forma de predecir el futuro es inventarlo”.
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