Innovaciones en envases de alimentos: estos son los últimos avances

Desde películas biodegradables hasta hidrogeles inteligentes, la ciencia redefine el embalaje comestible. Le contamos cuáles son los últimos avances en envases de alimentos que prolongan la vida útil y mantienen la frescura.

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Actualmente, las investigaciones en torno a materiales de embalaje flexibles que mejoran la vida útil, poseen propiedades antimicrobianas y controlan el estado de alimentos perecederos sigue en aumento.

Se ha observado una tendencia hacia el uso de celulosa y quitosano como componentes clave en estos desarrollos. A pesar de esta creciente exploración, es importante destacar que la diversidad y cantidad de soluciones disponibles pueden resultar abrumadoras.

Los estudios muestran que existe un patrón común en la incorporación de celulosa y quitosano en estos materiales. Estos componentes no solo son biocompatibles y biodegradables, sino que también presentan propiedades que pueden mejorar la vida útil y la seguridad alimentaria. Estos hallazgos han despertado el interés de la comunidad científica y la industria de alimentos.

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¿Cuáles son los últimos desarrollos en envases de alimentos?

Desde películas biodegradables hasta hidrogeles inteligentes, le contamos cuáles son las últimas innovaciones e investigaciones en envases de alimentos que logran aumentar la vigencia de los alimentos, según la Asociación de la Industria del Envase Activo e Inteligente (AIPIA):

• Investigadores de la Universidad de Yonsei en Corea del Sur están desarrollando hidrogeles basados en celulosa que regulan la humedad en los envases, extienden la vida útil de los alimentos y presentan biocompatibilidad.
• Científicos de la Universidad de Novi Sad en Serbia han creado una película biodegradable de acetato de celulosa con aceite de orégano, brindando propiedades antimicrobianas y protección UV a los alimentos listos para el consumo.
• En Tailandia, la Universidad de Kasetsart ha logrado combinar PBAT, almidón termoplástico y nanopartículas de óxido de cobre para producir películas activas que mejoran la vida útil y tienen propiedades antibacterianas.
• Investigadores de Pakistán han ideado películas compuestas de pectina y quitosano cargadas con quercetina, presentando una solución activa para el envasado de carne y combatiendo bacterias resistentes a medicamentos.
• Científicos chinos de la Universidad Agrícola del Noreste han creado un innovador envase de nanofibras de quitosano con extracto de flor de cebolleta, aumentando la barrera, propiedades antimicrobianas y antioxidantes.
• En Argelia, investigadores han producido películas de nanocompuestos biodegradables que mejoran la barrera mediante el uso de antocianinas de col lombarda y extracto de hojas de pistacia.
• En China, científicos de la Universidad de Zheijiang han creado películas de envase activas y biodegradables que cambian de color ante el deterioro de los camarones, mientras mejoran la hidrofobicidad y propiedades antimicrobianas.
• En la Universidad Agrícola de Nanjing, películas de quitosano-goma arábiga con extracto de semilla de Cinnamomum camphora han demostrado propiedades antioxidantes y antimicrobianas, prolongando la vida útil del aceite de girasol.

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De la investigación a la aplicación: una brecha en envases de alimentos

No obstante, es crucial señalar que, según la AIPIA, muchos de estos avances podrían permanecer en la etapa de investigación en lugar de traducirse en productos comerciales. Esta perspectiva podría estar vinculada a la complejidad de llevar estas soluciones a una escala industrial y garantizar su viabilidad económica.

Las estadísticas muestran que solo un pequeño porcentaje de las investigaciones en esta área logran ser adoptadas por la industria en forma de productos comercialmente disponibles. Menos del 20% de los proyectos de investigación en envases alimentarios avanzan hacia la producción a gran escala, lo que destaca la distancia entre la investigación científica y la aplicación comercial.

Es importante considerar que, para que estas soluciones encuentren su camino hacia el mercado, podrían requerirse alianzas con importantes proveedores de materiales. Esto podría facilitar la transición de la investigación al ámbito comercial, permitiendo a estas innovaciones beneficiar tanto a los consumidores como a la industria.