Juan Marinetti Verderau: Líder Gráfico de las Américas 2011

En Chile, Marinetti es un apellido asociado a las artes gráficas, a casi cien años de presencia de una familia italiana cuyo abuelo, Juan Marinetti Ramosi, llegó a Santiago en 1913 para aportar a una empresa del país los conocimientos técnicos que entonces sólo se obtenían en Europa. Unos años después don Juan, guiado por su visión de futuro y el esfuerzo de su trabajo, se independizó laboralmente y fundó en Santiago su propio taller de impresión. La experiencia gráfica de este pionero de la industria en Chile llevó a Marinetti S.A. a obtener rápidamente un sólido prestigio entre los clientes nacionales.

Tres décadas más tarde la compañía se destacaba en Santiago por su liderazgo en la producción de impresos comerciales y empaques. Eran tiempos convulsos; la segunda Guerra Mundial concentraba la preocupación del planeta y las sensibilidades y prejuicios se extendían hasta Suramérica: “Por nuestra ascendencia italiana y la insistencia que mostramos por atender las necesidades de empaques de la empresa alemana de chocolates Hucke, terminamos incluidos en una absurda lista negra, lo cual por poco nos lleva a la ruina”, recuerda Juan Marinetti Verderau, Líder Gráfico de las América 2011, al narrar la historia empresarial familiar. A pesar de los traumatismos causados, la empresa aprendió de la experiencia: “Salimos fortalecidos y con la gran satisfacción de no haber abandonado a un industrial honesto, alejado de la política y acusado por el simple hecho de ser alemán”.

La época de posguerra, marcada por el resurgimiento de las industrias, fue para Marinetti S.A. una etapa de modernización. De la mano de Carlos Marinetti, hijo de don Juan y padre del Líder Gráfico, la empresa pasó de ser un taller de impresión a una industria con instalaciones tecnológicas avanzadas: “Fuimos los primeros en incorporar prensas de cuatro colores y troqueladoras automáticas en Chile”, cuenta Juan Marinetti. Esta ampliación y modernización de la capacidad productiva convirtió a Marinetti S. A. en una de las principales sociedades gráficas de Chile y motivó la construcción de una moderna planta en las calles Bellavista y Santa María de Santiago.

Tradición e innovación
Con el legado de su abuelo y su padre, en los años setenta, luego de graduarse como abogado en la Universidad de Chile, Juan Marinetti ingresa a la compañía, realiza diversos trabajos y asume responsabilidades cada vez mayores, que lo llevan en los años ochenta a asumir la dirección general.

Mediante un enfoque administrativo acorde con los tiempos, la empresa integra a su equipo profesionales e ingenieros y crea un modelo de administración que la diferencia de la competencia al adecuar sus operaciones y servicios para enfrentar los desafíos de un país que crecía y cuyas demandas de impresos y empaques aumentaban aceleradamente.

La dedicación de Juan Marinetti a la actividad gráfica ha ocupado su vida y ha significado para la compañía un motor de constante crecimiento. “He sido un participante activo de las artes gráficas, de su explosivo desarrollo tecnológico, y tengo la fortuna de haber sido, no un espectador, sino un actor relevante en el avance de la industria gráfica chilena”, señala con convicción. La entrega y el amor que siente por su trabajo han sido los ejes que le han permitido llevar a la compañía al destacado lugar que ocupa hoy en Chile y América Latina. “He sido feliz tomando riesgos, innovando junto a mi familia y a los profesionales que nos han acompañado… y hemos logrado transformar esta compleja actividad en una industria rentable, mezclando en el camino la pasión con la razón”.

Los resultados de esta visión empresarial se han concretado con el tiempo en hechos tangibles: para los años noventa la empresa había alcanzado una posición de liderazgo en todos los nichos de mercado en los que participaba; se adquirieron tecnologías de última generación y se construyó una planta que en su momento fue considerada la más moderna de Suramérica. Igualmente, se decidió expandir las operaciones y salir con resolución y fuerza a atender la demanda en otros países, lo cual llevó a la apertura de oficinas y plantas de producción en Argentina, México, Perú y Brasil. A esta ola de crecimiento se sumó, además, la estrategia de realizar adquisiciones, incorporando cerca de diez empresas de diversos tamaños, que llevaron a la compañía a alcanzar una participación superior al 40% en el mercado chileno de empaques y etiquetas.

Diversidad y evolución
La entrada al siglo XXI significó para la compañía un paso a nuevos escenarios de trabajo, con incursiones en negocios anexos como la producción de vasos, impresos en rotograbado y flexografía, etiquetas especiales para la industria chilena de vinos y licores, botellas, tapas en PVC y otros emprendimientos exitosos que más adelante fueron adquiridos por reconocidas empresas multinacionales. Sin embargo, en busca de mejores economías de escala y de concentrar los conocimientos, la dirección de la compañía decidió hacer de las cajas plegadizas el negocio central, conservando la producción de etiquetas en altos volúmenes y separando o vendiendo las demás áreas del negocio. A pesar de esta dedicación, la compañía se precia de haber cubierto a lo largo de su trayectoria una amplísima gama de productos gráficos: libros, revistas, empaques flexibles para alimentos, impresos de seguridad, afiches y folletos, envases y etiquetas de todos los tipos, “y un incontable número de productos gráficos ligados a las necesidades de un continente que se desarrolla y crece”, anota Juan Marinetti.

El desarrollo de Marinetti S.A., hoy Marinetti Packaging, ha contado con el respaldo de un equipo flexible y profesional, que se ha adaptado a las cambiantes circunstancias que han vivido la industria gráfica y los mercados en los últimos 40 años. La atención permanente a los cambios tecnológicos, acompañada de la asistencia permanente a ferias especializadas y la consulta de publicaciones técnicas, le ha permitido a la compañía prestar una asistencia cercana a los clientes y acompañarlos en el desarrollo de sus necesidades de empaques y etiquetas. La empresa ha sido líder en la introducción de nuevas materias primas y es reconocida por la innovación en la producción de envases.

Detrás del crecimiento de Marinetti Packaging se encuentra una clara filosofía: “Estar cerca a los clientes y a la tecnología; retribuir en forma justa a nuestros colaboradores; el trabajo en equipo; aplicar una política de saber correr riesgos bien ponderados; actuar con transparencia y establecer comunicaciones claras, y, enmarcándolo todo, unos principios éticos y una serie de valores que se traduzcan en una producción sostenible que satisfaga las necesidades de los clientes”, resume Juan Marinetti.

Trabajo por la industria
Juan Marinetti ha extendido sus responsabilidades al campo del trabajo gremial: durante varios años ha actuado como director, presidente y vicepresidente de la Asociación de Industriales Gráficos de Chile, Asimpres, y como director y vicepresidente del Centro de Envases y Embalajes de Chile, Cenem. Sus actividades en esta área se han centrado en temas fundamentales para la industria gráfica y de empaques, como la capacitación de los trabajadores y la creación de relaciones con instituciones similares en otros países y regiones del mundo. “Ser parte de una asociación gremial y participar como dirigente es un privilegio que permite ampliar las redes de relaciones y conocer los problemas que aquejan al conjunto de la industria”, afirma.

Su experiencia como líder gremial le brinda una mirada amplia sobre la situación de las empresas después de la reciente crisis económica global, que resume positivamente destacando las “insospechadas oportunidades que se desprenden de ella: oportunidad de revisar costos y ajustarlos y buscar aumentar la productividad; oportunidad de hacer cambios que en épocas de abundancia no son fáciles de implementar”. En cuanto a tecnología también advierte Juan una alternativa para la recuperación, aprovechando las ventajas de los nuevos desarrollos para atender situaciones cambiantes del mercado, como es el caso de los tirajes cortos que posibilitan las tecnologías digitales de impresión. “Las empresas tienen que atreverse a cambiar en estas épocas… e inventar nuevas formas de competir. Hay que buscar también dónde están las demandas para los productos… y para ello organizaciones como Conlatingraf, y las plataformas que se crean a su alrededor, pueden ser extremadamente útiles”.

Dimensión global
La amplitud del panorama que la familia Marinetti ha vislumbrado para su empresa se traduce hoy en un acuerdo de asociación que Marinetti Packaging ha firmado con el grupo multinacional Mayr-Melnhof  Packaging, un conglomerado líder en el mundo que en los últimos diez años ha mostrado los mayores índices de crecimiento empresarial. Esta decisión llevará a la empresa familiar a una nueva dimensión, que Juan resume en fuertes aumentos de la productividad y la eficiencia, en la posibilidad de hacer un benchmarking permanente y, cumpliendo uno de sus postulados como dirigente gremial, “ubicar a la empresa en una red mundial de empaques, con acceso a todos los mercados globales”.

El acuerdo representa una coincidencia de objetivos de las dos empresas, la búsqueda de Marinetti Packaging de un socio que aportara recursos para la expansión, y la intención de parte del grupo Mayr-Melnhof de incursionar en América Latina para completar su red mundial y aprovechar los crecimientos esperados de los mercados de empaque de los países de la región. “Marinetti aporta un modelo de negocios apropiado para la región y a la medida de cada cliente, respaldado por un equipo humano muy competente –señala Juan–, y Mayr-Melnhof focaliza su trabajo en productividad y eficiencia, aportando un enfoque en costos muy poderoso y respaldando el mejoramiento de la producción a través de sus centros de entrenamiento e innovación corporativa”.

Un liderazgo reconocido
La trayectoria empresarial de Juan Marinetti Verderau, continuando la tradición de su abuelo y de su padre, sumada a su trabajo gremial para el desarrollo de las industrias gráfica y de empaques, son algunos de los logros que llevaron a la Confederación Latinoamericana de la Industria Gráfica, Conlatingraf, a elegirlo como Líder Gráfico de las Américas, distinción que recibe “con una sana mezcla de humildad y orgullo” y que hace extensiva a muchos más: “Este reconocimiento es sin duda un hecho muy importante, no sólo para mí sino también para mi familia y para todos a quienes represento; nuestros compañeros de trabajo y todos los empresarios gráficos de mi país, los de hoy y los que ayer pusieron la semilla de lo que ahora somos”.