Tendencias en innovación de envases y embalajes flexibles para el futuro
Tendencias en innovación de envases y embalajes flexibles para el futuro
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El demandante escenario que muestra el rubro de envases y embalajes, les pide formas sofisticadas, innovación y dinamismo para captar la atención de los compradores y facilitar su manejo. Es así como los diseños funcionales y los “high-tech” deben despertar emociones y sensaciones que realcen, cada vez más, los valores de la marca para diferenciarse de la competencia.
En este aspecto, merecen especial atención los empaques activos e inteligentes, que transitan el mismo camino de sus compradores, con pautas de consumo vertiginosas y necesidades cambiantes; al tiempo que precisan funcionalidad por parte de los empaques, por ejemplo, por medio de las aperturas “easy-open”.
Sobre este tópico, Néstor Pierres, Consultor en Diseño y Desarrollo de Envases, y Docente del Instituto Argentino del Envase (IAE) opina: “Los envases llamados inteligentes, lentamente se van incorporando al mercado, ya que el suyo no es un proceso instantáneo, ni se da de esta manera en los países más desarrollados. Una creencia equivocada está en pensar que los mercados de mayor desarrollo poseen estos tipos de empaques para todas las ocasiones y en todos los segmentos”.
En el mercado argentino, y de acuerdo con las palabras del especialista, en materia de easy-open se pueden citar tecnologías de alta calidad, como el corte láser para los envases flexibles que posibilitan superar la dificultad más notoria de esta categoría y que, en muchos casos, frena su desarrollo. También se destacan “las tapas para latas de refrescos que permiten su re-sellado. Si bien estas tapas están en una instancia de desarrollo reciente, logran mantenerla cerrada y modificar la ocasión de consumo en el tiempo” reflexiona.
En cuanto a empaques inteligentes se trata se pueden observar, desde las etiquetas que permiten conocer la temperatura del producto, hasta los envases plásticos que tienen incorporada una antena RFID. A juicio de Pierres, “este aporte supone cada día mayores posibilidades para los envases que denomino ‘activos’, en contraposición al término ‘inteligente’, que irá en aumento”.
El futuro de los envases para alimentos y bebidas en Brasil: Activos e inteligentes
El Centro de Tecnología de Envases (CETEA) fue creado en 1982 por medio de la expansión de la sección de Envases y acondicionamiento del ITAL (Instituto de Tecnologías de Alimentos). Se trata de una entidad que tiene como principal objetivo la atención de la demanda del sector productivo en esta área.
Investigación y desarrollo, asistencia tecnológica y prestación de servicios
—como la Certificación de Conformidad— son esenciales para el crecimiento socio-económico de los países en desarrollo. En Brasil, constituye una gran alternativa para que los productores y usuarios de envases desarrollen actividades tecnológicas y solucionen sus problemas de forma eficaz y segura.
El Empaque convocó en exclusiva a una de sus investigadoras, Claire Sarantópoulos, para que nos vierta sus conceptos sobre los ejes que abarca este artículo: Envases activos, inteligentes y los de fácil apertura o easy-open. A continuación una radiografía de lo que ocurre en el mercado brasileño, bajo la lupa de una experta.
Roles. El envase ejerce un papel vital en el mercado de alimentos y bebidas. Puede ser utilizado por sus ventajas competitivas, para incrementar el valor aparente del producto y ofrecer un beneficio funcional al influir en la frecuencia de consumo. Además de las funciones de mantenimiento y de conservación, los fabricantes de alimentos y bebidas se han dado cuenta de la importancia de los envases en la comunicación con el consumidor; y esto ha sido una fuerza impulsora de la innovación en la industria. La innovación en los envases puede determinar dónde y cuándo el alimento será consumido.
Frente a las crisis el consumidor puede optar por comprar un producto de marca, o uno más barato pero, aún así, el envase será necesario. El mejoramiento del poder adquisitivo del consumidor brasileño y del consumo masivo, seguirán siendo las fuerzas motoras para el desarrollo de los alimentos envasados.
En este marco el futuro de los envases en Brasil, durante la próxima década, está delineado por cinco macro-tendencias: La sensorialidad y el placer, la conveniencia y la viabilidad, la salubridad y el bienestar, la calidad y la fiabilidad, y la ética y la sostenibilidad.
La sensorialidad y el placer deben ser comunicados por el empaque. El diseño requiere incorporar una experiencia sensorial al producto, más allá de la funcionalidad. Innovaciones en las formas y tamaños, y nuevas técnicas de impresión, pueden diferenciar a los productos de la competencia, revitalizar marcas, añadir "appetite-appeal” y atraer al consumidor.
El creciente apego a las indulgencias allanará el camino para los empaques Premium de productos gourmet, preferentemente en pequeñas porciones, que los hacen más accesibles. El empaque deberá ser un vehículo para el entretenimiento y la interacción con el público infantil y hablar el lenguaje de los adolescentes.
La preocupación por el cuidado de la salud es cada vez mayor en los consumidores brasileños, como indica la creciente oferta de productos atractivos y campañas de marketing dirigidas a la sensibilidad del público sobre el tema. Dentro de este concepto, el envase sirve como una herramienta para la información de los consumidores, como sellos de las asociaciones de salud (Sello de la Sociedad Brasileña de Cardiología - SBC), los programas de aseguramiento de la calidad, y los indicadores relacionados con la nutrición (etiqueta "Mi Selección"/"Mi opción", cuyo objetivo es identificar a los productos que cumplan con los criterios establecidos por el programa en relación con la cantidad de sal, azúcar, grasas saturadas y grasas trans).
La conveniencia de la manipulación y el uso de los envases será cada vez más una exigencia de los consumidores. El término "conveniencia", aplicado a los empaques de alimentos y bebidas, toma muchas formas: El empaque debe ser conveniente para poseer, llevar consigo, abrir, utilizar y cerrar; y ser conveniente para preparar, cocinar o calentar la comida en su interior. Otro término clave es el sentido práctico, junto con la funcionalidad del packaging, en la manipulación, preparación, consumo y descarte. Cada vez más será posible cocinar, asar o calentar en el propio envase.
Otro aspecto que ha ganado la atención de los consumidores es la cuestión de la calidad y fiabilidad. Los fabricantes de envases y sus proveedores de tecnologías y materias primas son cada vez más presionados en relación con la garantía de la calidad de sus productos.
También tiende a crecer la importancia de las buenas prácticas en la producción de empaques, el cumplimiento de la legislación relativa a envases en contacto con alimentos, la evaluación de los envases de barrera para asegurar la vida útil, la hermeticidad, las pruebas de validación de los empaques, los protocolos de aprobación, el monitoreo continuo y las auditorías de los proveedores, la inviolabilidad del cierre, la trazabilidad (codificación RFID, 2D, láser de autenticación, etcétera), y las certificaciones (garantía de origen, la seguridad alimentaria, la producción segura, la distribución, identidad preservada).
Los minoristas y los grandes fabricantes de bienes de consumo han elegido a la sostenibilidad como uno de los criterios para la elección de sus proveedores, inclusive de envases. Desde el punto de vista de la sostenibilidad, el empaque deberá ser evaluado en todo el ciclo de vida (desde la extracción de materias primas hasta la disposición final), incluyendo su preocupación por la reducción de los factores que afectan directamente al medio ambiente, y el consumo de recursos naturales y de energía y las emisiones; así como los aspectos sociales que integran cuestiones de ética y ciudadanía, más allá de la necesidad de ser económicamente viable, es preciso atender las necesidades de los consumidores.
La conveniencia es imperativa
La conveniencia es imperativa en estos días. El mayor tiempo empleado en el trabajo fuera del hogar implica comer menos, en forma más personal, menos formal, en lugares diferentes e involucrando a personas menos especializadas. Esto aumenta la demanda de porciones individuales, y de un mayor control sobre el tiempo de preparación, facilidad de consumo y portabilidad.
La apertura fácil se destaca en este contexto, y ya está en el mercado de envases de vidrio, metal, plástico y cartón. Para las conservas de vegetales (derivados del tomate y palmitos) y quesos de untar, en la que el producto se envasa en caliente y genera vacío interno, vienen siendo utilizadas tapas metálicas tipo abre-fácil de Metalgráfica Rojek. En el mercado de bebidas, en botellas de vidrio, ya es usual la tapa metálica de apertura manual (Twist-Corona), que permite el consumo de bebidas en cualquier momento y en cualquier lugar.
En el mercado de galletas (bizcochos) predomina una cinta para facilitar su apertura. En los envases flexibles se hace una perforación en las películas para facilitar el goteo y derrame. El marcado láser guía la ruptura de las estructuras flexibles más sofisticadas. En las bolsas de plástico de cereales se usan diferentes selladores de resinas para permitir la apertura, sin comprometer la rigidez necesaria de hermeticidad, exigida como barrera a la humedad.
Diversas tecnologías de fácil apertura están presentes en empaques flexibles multicapa, utilizados en el mercado de productos cárnicos feteados, donde existe un mayor valor agregado, como la tecnología de EZ Peel Bemis, en donde una de las capas se despega cuando se abre.
El segmento de platos preparados, de fácil apertura en bandejas plásticas de cartón y de envases flexibles ha evolucionado para satisfacer el sector. Películas de poliéster de fácil apertura son usadas en bandejas de plástico y de cartón para alimentos congelados. Ya existen demandas por re-cierres y divisorias en bandejas para menú completo. En este mercado fue lanzado un empaque esterilizado de cartón (Tetra-recart) con fácil apertura. Este empaque ya se encuentra listo para frijoles y vegetales procesados.
El re-cierre de los envases fue desarrollado para facilitar el consumo y minimizar el desperdicio, y también para agregar portabilidad. La posibilidad de re-cierre, presente en las botellas y frascos de vidrio, ya llegó a los envases de cartón, las latas y a los pouches con zippers y picos, y a los potes y frascos plásticos. También pueden verse en envases flexibles flow-pack de barra de chocolate. Para productos de consumo progresivo, como alimentos en polvo y derivados del tomate, las latas de acero presentan cierres del tipo "peel off", "dot top" y "Ploc off" entre las principales innovaciones. El re-cierre en bandejas de cartón y en empaques para productos fríos feteados todavía debe evolucionar.
Los consumidores desean que los empaques de alimentos sean más fáciles de almacenarse una vez abiertos. En este contexto están los envases flexibles, ahora en versión auto-sostenible, los cuales permanecen de pie en las góndolas, en el armario, en la nevera y en la mesa.
Las necesidades del consumidor, la clave
“Si tuviéramos que caracterizar a los empaques del siglo 21, deberíamos decir que estos se volcarán de lleno a las necesidades de los consumidores, con diseños cada vez más atractivos, restricciones morfológicas cada vez menores y el foco puesto en la conveniencia, en el respeto por el medio ambiente, en el consumo acotado de las materias primas y en la reducción de los pesos” afirma categórico Néstor Pierres. En su análisis, sostiene que “los empaques seguirán formando parte de un sistema cada vez más complejo y extendido con múltiples ramificaciones de aspecto, eficiencia y desempeño”.
No obstante, vale decir que los especialistas consultados sostienen que los consumidores se tornan cada día más inescrutables, y sus necesidades y deseos son cada día más sofisticados. Pero el empaque debe responder a este nuevo paradigma, y también cumplir con las funciones básicas de elemento logístico, comunicación, preservación y dosificación del producto.
Desde la gerencia ejecutiva de la Asociación Brasileña de Envases (ABRE), Luciana Pellegrino, subraya que en Brasil un mercado que viene creciendo es el de los envases inteligentes, con los lanches (sandwiches y pizzas) para el consumo, y de preparación rápida por medio del microondas; donde el envase interactúa con las ondas, preparando el producto congelado en 1 minuto, y manteniendo su sabor. En este sentido, la Licenciada en Administración de Empresas cita el último lanzamiento de la pizza en porciones de la compañía SADIA, que venció tanto en el Premio Brasileño de Envases ABRE, como en el WorldStar de la World Packaging Organization (WPO). Sin embargo, aún en términos de tecnologías inteligentes, la preocupación pasa por la absorción o liberación de oxígeno que busca aumentar el “shelf-life” del producto y que viene ganando espacio.
En relación con los sistemas easy-open, Brasil ya cuenta con tecnología propia instalada en diversos segmentos, por ejemplo las latas para conservas, frascos de vidrio, entre otros.
Al momento de definir hacia dónde van las tendencias en el espectro argentino, Pierres enumera que se buscan “materiales con altas prestaciones y menores precios, diversidad de tamaños, información clara y precisa, sistemas de apertura y dosificación sofisticados y efectivos, interactividad con el usuario y con los sistemas logísticos y disposición final pautada y con el menor impacto ambiental desde la generación de las materias primas hasta la fabricación y distribución del envase”.
Queda claro que la tendencia, en general, se orienta a ofrecer servicio al consumidor, practicidad con el foco en ocasiones de consumo. Es decir, la preparación y el consumo en el propio envase. Y, efectivamente, los productos cada vez más intentan aproximarse al estilo de vida de las personas, y a sus rutinas y necesidades dentro y fuera de la casa.
Con el aumento de la exigencia del consumidor en términos de calidad y confiabilidad, los envases activos e inteligentes tendrán cada vez más espacio en el mercado. Diversas tecnologías existentes (o en desarrollo) podrán venir a ser utilizadas en forma más amplia:Absorbedores de oxígeno, serán utilizados en empaques para panes, pastas, carnes procesadas, café torrado, alimentos secos y bebidas; Absorbedores de etileno para frutas; Empaques antimicrobianos, como emisores de dióxido de carbono, destinados a carnes frescas, café y almendras en general; emisores de etanol, con efecto anti-mofo, utilizado en productos de panificación, envases con la incorporación de agentes anti-microbianos para productos cárnicos, lácteos, de panificación y otros; Absorbedores de humedad para bizcochos, cereales, “snacks” y otros alimentos secos; Indicadores de frescura y calidad, basados en variaciones de tiempo, temperatura, pH de alimento y metabólitos de microorganismos (etanol, ácidos orgánicos, gas carbónico etc).
Materiales activos pueden ser presentados en forma de sachets, adhesivos, etiquetas y, más recientemente, evolucionan hacia la incorporación directa en los empaques plásticos. En Brasil, vienen siendo usados en los sachets absorbedores de oxígeno para la exportación de productos cárnicos procesados. Estos sachets están siempre asociados a empaques barrera y, en algunas aplicaciones, al acondicionamiento al vacío o con atmósfera modificada. Los sachets están siendo importados, principalmente de Asia.
En el área no alimenticia está siendo utilizado un material activo polimérico absorbedor, incorporado en frascos plásticos multicapa para productos químicos. El empaque es producido en Brasil y el material activo es importado. Los emisores de etanol vienen siendo usados en envases de transporte de frascos plásticos soplados, para el acondicionamiento de productos lácteos. Mientras que los emisores de SO2 están presentes en el mercado de exportación de uvas. Los absorbedores de humedad todavía no son utilizados en el área alimenticia, sólo en medicamentos.
Los empaques activos e inteligentes han atraído el interés del mercado brasileño de alimentos y bebidas. Las botellas y tapas con absorbedores de oxígeno para bebidas y envases antimicrobianos, inclusive incluyendo a la nanotecnología, vienen siendo probadas, pero todavía no han sido lanzadas al mercado nacional. Los exportadores de frutas tienen un marcado interés por sistemas absorbedores de etileno.
Todos estos nuevos desarrollos deberán estar aprobados, para el contacto con alimentos, por la agencia reguladora del país.
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