Tendencias en sostenibilidad y ecodiseño para empaques y etiquetas

 

La industria afronta en la actualidad el reto de diseñar y fabricar empaques y etiquetas que sigan siendo atractivos y funcionales para los consumidores y las marcas en un contexto cambiante en el que, entre otras variables, se han modificado los patrones en que los distintos grupos generaciones interactúan con sus productos y se han incorporado criterios de sostenibilidad que impactan sus procesos productivos de distinta manera.

Esto ha propiciado que surjan algunas tendencias de sustentabilidad y ecodiseño que ofrecen nuevas orientaciones para la producción de estos elementos que permitan mantener y reforzar ese vínculo entre las marcas y los consumidores.

Sandra Álvarez, gerente de Marketing Estratégico en Latinoamérica y líder de Visión y Dirección en el Comité de Innovación para Avery Dennison Latinoamérica, señala que estas tendencias tienen su origen en el entendimiento de los hábitos y los comportamientos de compra de las generaciones que se encuentran en el mercado para poder diseñar y fabricar empaques y las etiquetas que motiven su decisión.

Los “baby boomers”, la generación X, los millennials y los centennials, cada grupo con sus particularidades de acuerdo con la etapa de vida que transiten, hacen necesaria una aproximación a sus características de compra y a la forma cómo se relacionan con las marcas para poder ofrecer empaques y etiquetas acordes a estos comportamientos.

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Dice Sandra que, por ejemplo, aquellas personas mayores de 58 años quizás valoren más la interacción que tengan con el producto en el punto físico de venta y persiguen más los programas que premian su fidelidad, ya que optan por las experiencias de conveniencia, contrario a los que están entre los 43 y 57 años, que tal vez por su naturaleza más competitiva son más “cazadores de descuentos”.

Otra perspectiva poseen los más jóvenes, de los 28 a 42 años, que al interactuar en contextos más digitales prefieren las compras en línea y en ocasiones asumen esta como una actividad social, de acuerdo a las referencias que se hagan de los productos en las redes sociales. Por tanto, valoran más la experiencia que se les ofrezca que la posesión misma de estos.

En una escala más abajo, en el rango de los 13 a los 27 años, estas personas son nativas digitales que son más prácticos y valoran aquellas marcas que son más afines a sus identidades individuales y colectivas, rechazan los estereotipos y tienen la capacidad de vivir varias realidades al mismo tiempo.

Estar atento a esas preferencias de consumo y de comportamiento es clave al momento de diseñar y fabricar empaques y etiquetas de acuerdo al perfil del producto que se maneje.

En busca de la sostenibilidad

Dentro de las tendencias que marcan el hoy y el futuro de esta industria, comenta la vocera de Avery Dennison Latinoamérica, es fundamental hablar de cómo la sostenibilidad impacta sus operaciones y cómo las marcas deben incorporar criterios de este tipo para hacer la diferencia y generar un impacto positivo en su entorno y, por supuesto, en sus consumidores.

Reportes recientes, como el que publicó este año Intel sobre tendencias globales en empaques, dan cuenta de que, aunque los avances tecnológicos están impulsando cambios notorios en la industria, también es cierto que los consumidores ahora son más sensibles al entendimiento y el conocimiento de la sostenibilidad como un valor importante en su interacción con los productos y con sus marcas.

Hoy, afirma Sandra Álvarez, ellos son capaces de valorar cuáles son las opciones en el mercado que detrás traen consigo prácticas de responsabilidad ambiental en su producción y cómo lo comunican y declaran.

“Esa información que contienen los empaques y las etiquetas lleva a la hiperracionalidad, un concepto que, según Intel, van planteando y reforzando las marcas mediante iniciativas a través de las cuales los consumidores se enteran de esas acciones de sostenibilidad e integran estrategias de comunicación y educación que les indiquen qué hacer con ese producto en su disposición final, si lo pueden reciclar o debe ir a la basura”, afirma.

Por otra parte, Sandra Álvarez menciona que en las tendencias de fabricación de empaques y etiquetas sustentables cada vez son más ambiciosas las metas globales de circularidad de estos procesos con el objetivo de reducir el impacto ambiental de su producción.

La directiva de Diseño Ecológico de la Unión Europeo calcula que el 80 % de este daño se genera en la etapa de diseño, por tanto, desde el inicio de este proceso se debe analizar cuál será el ciclo de vida del producto para tomar decisiones respecto a los materiales a utilizar, sus estructuras y sus formas, de modo que este sea más sostenible.

Esto da forma a lo que se conoce como el ecodiseño, un concepto a partir del cual surgen muchas oportunidades de desarrollo en la industria que requieren de una sinergia entre todos quienes hacen parte de su cadena de suministro: distribuidores, fabricantes de los diferentes componentes que conforman los empaques y las etiquetas, áreas de compras, proveedores, impresores, logística, operaciones e investigación, para que en conjunto con las marcas se tomen las decisiones correctas, se transfiera el conocimiento y, con ello, se articulen procesos y se genere una cultura de innovación que derrame beneficios para todos, incluyendo, por supuesto, a los consumidores.

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Esta tendencia, hace énfasis Sandra Álvarez, se ajusta además a las novedades recientes que ha habido en distintos países en temas legales asociados al etiquetado y los empaques, que buscan con ello generar un impacto que coadyuve al cumplimiento de las metas de sostenibilidad que surgieron del Acuerdo de París en 2015 y el COP 26 de Glasgow en 2021.

Esto ha obligado a las marcas a establecer compromisos para reducir el daño ambiental que sus operaciones generan, a incorporar criterios de sostenibilidad en sus procesos productivos y a declararlos.

En países latinoamericanos como Chile, México, Costa Rica, Colombia y Brasil han entrado en vigor diferentes normas que abordan los esquemas de gestión y manejo de residuos sólidos y son mucho más contundentes en sus exigencias respecto a la inclusión de la sostenibilidad en sus cadenas de valor, así como algunas restricciones a la utilización de plásticos de un solo uso, que inciden en la industria de los empaques y las etiquetas.

Este entorno regulatorio genera nuevas tendencias productivas que, atadas al arribo de avances tecnológicos, decantan en productos más amigables con el entorno a partir de mejoras en temas como la trazabilidad del origen de los materiales, el uso que se les puede dar a estos, el desarrollo de nuevos mecanismos de producción que garanticen la obtención de piezas más funcionales y sostenibles, entre otros beneficios.

Estas y otras tendencias vigentes le brindan a la industria más y mejores posibilidades de desarrollo para seguir evolucionando y estar en sintonía con las necesidades e intereses del mercado y de los consumidores.