¿Cuándo fue la última vez que compraron una botella de agua de un solo uso? Bueno, y antes de eso ¿hace cuánto tiempo? Para muchos de ustedes, cargar una botella de agua se ha vuelto algo rutinario. ¿Cuántas bolsas reutilizables tienen que realmente usen? Supongo que por lo menos dos. Y su almuerzo, ¿dónde lo llevan? Para un número cada vez mayor de personas, esto es algo que no va a la basura cuando terminan de consumir el agua o el almuerzo.
Así es, para una franja cada vez más amplia de la población la toma de decisiones sostenibles en la vida se ha vuelto un hecho cotidiano, y esto no se limita a los hippies y a los ecologistas. Y, sin embargo, existe aquí un problema. Las cosas reutilizables no son indestructibles.
¿Qué pasa con esa botella de agua cuando se daña por completo? ¿Y qué sucede con ese recipiente para el almuerzo, que ahora tiene una grieta? Esa bolsa para las compras se veía bien cuando la compraron... hasta que se le rompió la correa. La mayoría de las cosas reutilizables que uno ve por ahí, a menos que sean de vidrio o aluminio, o de algún tipo de material que los servicios de reciclaje local puedan procesar, no cuentan con un lugar dónde puedan ir, aparte del relleno sanitario o del cuarto de San Alejo, a menos que ustedes tengan un soplete de soldadura o sean muy buenos para la costura.
Esto no debería ser así
¿Han oído hablar de una pequeña empresa llamada Ziploc? Ya saben, ese fabricante del que es probable tengan varios productos en su cocina. Pues bien, TerraCycle está contribuyendo a hacerle campo a todos esos empaques reutilizables que de otro modo serían inservibles, recolectando todos los productos de Ziploc. Todos, y en la condición en que se encuentren. Y además estamos pagando dos centavos de dólar por pieza recogida a cualquier escuela de enseñanza básica y media de Estados Unidos que recolecte estos productos.
¿Se imaginan? Cada bolsa de sándwich Ziploc, cada bolsa Ziploc para congelador. Los pequeños contenedores con tapa azul en los que envían el almuerzo de sus hijos. Todos estos productos los reutilizamos en cosas como neveras portátiles y botes de basura y de reciclaje. Esto no sólo evita que un flujo enorme de residuos de difícil reciclaje vaya al relleno, sino que será una oportunidad para que los niños, los maestros y los padres asuman un papel activo en marcar una diferencia y amplíen su concepción sobre aquellas cosas que se consideran como "residuos".
En realidad, cuando se enfocan la mente y los recursos en un objetivo, casi a cualquier cosa se le puede dar —de alguna manera— un uso nuevo. Esa es nuestra meta, y estamos agradecidos con Ziploc por unirse a nosotros en esta misión.
Lectores: ¿Quiénes más creen ustedes que deberían unirse a nosotros en la transformación de sus envases o productos en algo distinto a basura para el relleno sanitario?