Aluminio: el material para la exportación de derivados de cannabis
Aluminio: el material para la exportación de derivados de cannabis
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La exportación de derivados de cannabis para uso medicinal o en alimentos es prometedora en toda la región; sin embargo, la durabilidad del producto dependerá del material de su envase.
Cuando el negocio del cannabis legal empezó a popularizarse a nivel mundial (hace poco más de una década), muchos ojos se posaron sobre Colombia. El país cuenta con un gran potencial, debido a sus condiciones climáticas que permiten cultivar durante todo el año de forma estable, sumado a su posición geográfica que facilita la exportación desde el Caribe y el Pacífico y su avanzado nivel regulatorio frente a otras naciones de la región, que le da a la planta una gran viabilidad como negocio.
“Las condiciones ambientales y geográficas de Colombia le permiten tener 4 cosechas al año en tres modalidades distintas de cultivo (a cielo abierto, a cielo abierto con riego semiautomático y bajo techo con luz y riego). Y la posición geográfica del país le permite contar con 12 horas de radiación solar durante los 365 días del año, maximizando así el rendimiento de los cultivos y reduciendo costos de producción”, explica ProColombia.
Para 2030 el país podría registrar exportaciones anuales de cannabis por cerca de 1.733 millones de dólares, según ProColombia.
Eso es más que lo que registra el negocio de las flores (donde Colombia es el segundo jugador mundial), que alcanza por año cerca de 1.400 millones de dólares. Sin embargo, no es un negocio sencillo.
El cannabis a nivel mundial ha empezado a regularse en varios países, entre ellos Canadá, Alemania, Australia y Estados Unidos, donde se permite su consumo de distintas formas: sea flor seca, aceites esenciales o productos consolidados como cosméticos, alimentos, bebidas y hasta textiles. En Colombia, el marco jurídico es apoyado por todas las entidades de gobierno como son: el Ministerio de Salud y Protección Social, el Ministerio de Justicia y del Derecho, Ministerio de Comercio, Ministerio de Agricultura y ProColombia.
De hecho, el Gobierno Nacional presentó en 2021 el decreto 811 con el cual reguló a nivel local el desarrollo de productos alimenticios, suplementos dietarios u otros derivados con base en cannabis no psicoactivo.
Entre enero y agosto de 2021, el país realizó exportaciones por 3,2 millones de dólares a destinos como Australia, Reino Unido, Estados Unidos e Israel.
Según explica Rodrigo Arcila, director de la Asociación Colombiana de Industrias de Cannabis (Asocolcanna) ahora lo que se requiere es que se regule a nivel nacional el CBD (cannabidiol) para consolidar el espectro regulatorio tanto en psicoactivos como en no psicoactivos, algo que esperan que pase este año. Sin embargo, según él, hoy Colombia es uno de los países más avanzados en regulación en la región, con un negocio altamente competitivo.
Arcila señala que aunque actualmente hay una gran cantidad de empresas avanzadas en el negocio de cannabis en el país (de hecho hay 39 mil hectáreas licenciadas para sembrar esta planta según el Ministerio de Salud), aún hay espacio para que más compañías entren como nuevos jugadores del negocio, siempre que tengan claro qué van a producir (si flor seca o un producto terminado), cómo lo van a producir y dónde lo van a vender.
“Hay tres puntos claves esenciales. El primero es tener un plan de trabajo muy organizado, el segundo es que la financiación sea acorde con los destinos y el nivel de sofisticación al cual se quiere llegar y tercero tener una visión hacia donde van a ir sus productos”, destaca el directivo. Por ejemplo, en el caso de decidirse por exportar flor seca, un producto muy solicitado a nivel internacional por países como Alemania, el mayor importador de flor seca a nivel mundial, es importante tener claro desde antes qué es lo que se requiera para convertir dicho cultivo en un producto finalizado y comercializable.
En Asocolcanna, dónde están asociadas casi 30 de las empresas más grandes de producción de cannabis en el país, trabajan desde 2017 promoviendo la producción y comercialización de estos productos no solo a nivel internacional, sino también nacional, al tiempo que se incentiva la investigación y desarrollo. De acuerdo con Arcila, con la exportación de flor seca regulada esperan ver un gran crecimiento en las cifras de exportaciones en este 2022.
“El mercado de las exportaciones va creciendo. En noviembre pasado cerramos 2021 en Asoccolcanna con cifras de 10,5 millones de dólares en exportaciones y esperamos que al consolidar diciembre cerremos 2021 con 12 millones de dólares. Creemos que con la exportación de flor que es un mercado muy apetecido a nivel internacional vamos a superar esa cifra en 2022 y con nuevos mercados que se están abriendo”, destaca el directivo.
Lo que se requiere para exportar cannabis
Además de los invernaderos, la planta procesadora y los permisos y detalles logísticos, algo importante a tener en cuenta es los empaques a utilizar. Según explica Adriana Camargo de Copacking Envases Industriales, estos empaques están altamente regulados y requieren de características como: no permitir la entrada de luz, no generar migración de componentes, ser ligeros, ser unibloques para evitar pérdida de producto y además contar con un sistema de cierre que evite pérdidas o derrames. Sumado a lo anterior, también es necesario que cumplan con las normas regulatorias de la FDA para los componentes que integran el empaque, el marco europeo y tengan certificaciones UN.
“El sector del cannabis en este momento está regulado por diferentes entes, entonces lo más importante que nos exigen a nosotros las empresas es que los empaques cumplan con algunas normativas para el sector farmacéutico y que tengan certificación UN, que se da para el transporte de sustancias o mercancías peligrosas. Así esta no lo sea, es muy importante contar con esta certificación si se va a exportar por vía terrestre, marítima o aérea”, señala Camargo.
Además, según destaca la experta, el empaque también dependerá de lo que se va a transportar. No es lo mismo un empaque para transportar aceites esenciales o la flor seca, a uno de un producto consolidado. En muchos casos, por ejemplo, los productos consolidados como cremas, bebidas o alimentos contienen cannabinoides no psicoactivos, lo que simplifica su producción, empacado y comercialización.
Sin embargo, en el caso de la flor seca y los aceites que se exportan como materia prima para luego ser transformados en el país final (como pasa mucho hoy en Alemania) la situación es distinta. De acuerdo con Camargo, en este caso el aluminio es una opción ideal pues cumple con todas las características de normatividad y prestaciones técnicas necesarias, al tiempo que tiene varias ventajas dentro de la industria: ser completamente reciclable (no siempre reutilizable debido al tipo de sustancias) y tener una mayor aceptación dentro de los transformadores.
En Copacking, que lleva más de 30 años en el mercado de empaques industriales y produce y distribuye empaques desde Colombia a toda Latinoamérica, descubrieron, por ejemplo que si bien los envases metálicos de acero cold rolled, como los que ellos producen a nivel nacional, cumplían todas las regulaciones, eran baratos y protegían el producto, los transformadores en países de alto nivel adquisitivo que compran la materia prima esperaban un empaque con una mayor estética y con acabado más premium, similar a los utilizados en la industria farmacéuticas.
Es por eso que desde hace dos años distribuyen para empresas en Colombia, Perú, Chile, Ecuador, otros países de Suramérica y Centroamérica, envases de aluminio de la compañía francesa Tournaire, con distintos tipos de tamaños y boquillas, que facilitan el empacado, la protección y el transporte del producto.
“En el mercado hay muchas soluciones de empaques, hay plástico, bolsas doypack en aluminio, en vidrio ámbar. Hay otras soluciones distintas al aluminio pero esta en especial nos ayuda a proteger de los rayos UV, lo que conserva las propiedades físico-químicas, nos aporta alta resistencia en el transporte vs el vidrio o el plástico, lo que asegura que el producto siga en las mismas condiciones, además evita filtraciones del producto o derrames, que es un riesgo de transporte cuando se usan empaques plásticos, y estos son productos altamente costosos”, puntualiza Camargo.
Para la experta, quienes decidan entrar en el negocio del cannabis tienen que estar preparados para un negocio con altas regulaciones, pero que puede generar muy buenos resultados a exportadores que producen desde Colombia para vender a grandes economías que hoy están comprando materias primas para un negocio exigente pero rentable.
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