Los empaques sostenibles son una nueva tendencia que responde, no solo a una exigencia del mercado sino además a un despertar en la responsabilidad de grandes marcas que son conscientes del impacto que tienen sobre el planeta y la vida de sus consumidores.
Basta con mirar con atención cifras como las cerca de 80 mil toneladas de plástico que forman la isla de basura del pacífico, que para 2019 ya casi triplica el tamaño de Francia; o las 242 millones de toneladas de residuos de plástico generadas en 2016 (cerca de la mitad correspondiente a empaques y elementos de embalaje) de acuerdo con el informe What a Waste 2.0 del Banco Mundial, para entender por qué se encendieron las alarmas de la industria.
México se sumó al proyecto financiado por la Unión Europea ‘Impulsando el consumo sostenible en América’ (ICSAL), que incentiva al sector público y privado a crear políticas y activar prácticas que mejoren el diseño y la sostenibilidad de los productos para promover un nuevo estilo de vida en Latinoamérica.
Estos son tan solo cuatro ejemplos de marcas que están adelantando iniciativas de sustentabilidad:
- Tetra Pack: empaques 100 % ‘verdes’ para el 2030
La compañía se encuentra desarrollando una nueva envoltura a base de caña de azúcar que reemplazará el polietileno que actualmente compone el 20% de sus empaques de un solo uso.
- Natura: recuperación de 349 toneladas de materiales reciclables
Desde 1983 cuentan con repuestos en más del 30% de sus productos, y en la actualidad usan material reciclado 100 % pos consumo en sus principales líneas. Su nuevo compromiso es reciclar el 15 % de sus envases.
- Bimbo: bolsas de plástico 100 % biodegradables
La línea Bimbo Vital será la primera en contar con estos nuevos empaques que, además de mantener la frescura y calidad del pan, podrán ser desechados como residuos orgánicos gracias a su capacidad de bi0degradarse.
- Unilever: reutilización y reciclaje de empaques de plástico
Para 2025 eliminará más de 100 mil toneladas de envases plásticos y recolectará y procesará más plástico del que vende, todo con el fin de garantizar que para el mismo año todos sus envases de plástico sean reutilizables, reciclables o compostables.
En definitiva la adopción de estas prácticas es un reto pero también una gran oportunidad, no solo porque permite sumarse a un tema ‘de moda’ sino porque fortalece la estabilidad financiera y la competitividad en un mercado en el que los consumidores y el planeta reclaman productos más sustentables.
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