Packaging a base de yuca para combatir la contaminación por plástico
Packaging a base de yuca para combatir la contaminación por plástico
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La empresa de envíos Inter Rapídisimo desarrolló una bolsa a partir del almidón de yuca que al contacto con el agua se convierte en alimento para peces y otros animales marinos.
La contaminación por plástico es un problema mundial que está afectando seriamente al medio ambiente. Según los datos de la World Wildlife Foundation (WWF), para el año 2050, la cantidad de basura en los océanos será mayor que la cantidad de peces. Es por eso que cada vez son más las empresas que buscan alternativas sostenibles para reducir el impacto del plástico en el planeta.
Así nace la iniciativa impulsada por la empresa de envíos Inter Rapidísimo y la agencia Brave Colombia: Un mundo sin plástico. En esta campaña, la empresa de envíos muestra la realidad por la que atraviesan muchas especies en sus hábitats naturales por culpa de la contaminación plástica. En la campaña, aseguran que “los bosques ahora conviven con bolsas, tarros y tapas plásticas, y las aguas albergan islas de productos contaminantes”.
Como parte de la iniciativa, Inter Rapidísimo presentó su nueva bolsa ecológica, la cual está hecha de almidón de yuca y que, al contacto con el agua, se convierte en alimento para los peces. Esta innovación convierte al embalaje en una solución para evitar que el plástico mal desechado continúe dañando los ecosistemas marinos.
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“Estamos convencidos de que pequeñas acciones, generan grandes cambios. Con esta iniciativa buscamos hacer una entrega más amigable y reducir el uso del plástico en nuestras operaciones en un 60 %”, indicó Isaac Chaparro, vicepresidente de Estrategia Corporativa de Inter Rapidísimo.
La iniciativa se ajusta a la regulación colombiana que prohíbe la fabricación, importación, comercialización y distribución de plásticos de un solo uso, incluyendo las bolsas de plástico que han sido utilizadas en los artículos de consumo masivo por más de cinco décadas.
Qué son los bioplásticos
Los bioplásticos son un tipo de plásticos que se derivan de materiales orgánicos y renovables, como el maíz, la soja o la fécula de papa, en lugar de utilizarse materiales derivados del petróleo, lo que los hace amigables con el medio ambiente.
Además, son biodegradables y/o biobasados, lo que significa que se descomponen en la naturaleza y no acumulan residuos tóxicos a largo plazo. Los bioplásticos pueden ser empleados en una amplia variedad de aplicaciones, desde embalajes y películas hasta envases para alimentos y bolsas. Aunque su producción y consumo siguen creciendo, la capacidad de los bioplásticos para aliviar la presión sobre el medio ambiente es objeto de debate entre los expertos.
Sin embargo, es importante destacar que no todos los bioplásticos son biodegradables, y algunos de ellos pueden tener un impacto negativo en el medio ambiente si no se gestionan adecuadamente.
Ventajas de los bioplásticos
Los bioplásticos son una alternativa sostenible y respetuosa con el medio ambiente a los plásticos convencionales. Estos materiales se obtienen a partir de recursos renovables, como el maíz, la caña de azúcar o la celulosa, y se pueden biodegradar en condiciones adecuadas.
Los plásticos biodegradables permiten mejorar la gestión de residuos, ya que se pueden compostar junto con otros materiales orgánicos, lo que reduce la cantidad de residuos que van a parar a los vertederos. Además, su producción requiere menos energía y genera menos emisiones de gases de efecto invernadero que la producción de plásticos convencionales.
Los bioplásticos también tienen un impacto positivo en la lucha contra el cambio climático, ya que al ser producidos a partir de recursos renovables, ayudan a reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Además, los plásticos biodegradables no emiten gases tóxicos cuando se descomponen, lo que reduce la contaminación del aire y del agua.
Otra ventaja de los bioplásticos es que ofrecen una amplia variedad de aplicaciones. Se pueden utilizar para fabricar envases, bolsas, utensilios de cocina, piezas de automóviles y muchos otros productos. Además, los bioplásticos pueden tener propiedades similares a las de los plásticos convencionales, como la resistencia y la flexibilidad.
Otros desarrollos en empaques a partir del almidón de yuca
La innovación en nuevos materiales que reemplacen el plástico no es algo de los últimos años. Una de las prioridades de la industria es encontrar aquella solución que nos permita disminuir el uso de los plásticos y ponerle un alto a la contaminación del medio ambiente. Una de las alternativas más comunes es el uso de materiales biodegradables para el desarrollo de empaques y otros elementos de embalaje. Es así como las bolsas de almidón de yuca o maíz han ganado popularidad recientemente.
A nivel internacional, es conocida la historia del biólogo indonesio Kevin Kumala, que utilizó el mismo proceso y herramientas de las compañías de plástico, y convirtió la yuca en bolsas.
Estas nuevas bolsas pueden convertirse en compost en menos de 100 días y se disuelven en minutos en agua caliente. También han pasado la prueba de toxicidad oral, demostrando ser inofensivas cuando los animales las consumen. Además, si llegan a caer en cuerpos de agua salada, se disolverán en 60 días. El precio de cada bolsa es de cinco centavos de dólar.
En Colombia, una de las iniciativas que más llama la atención es el proyecto ‘Desarrollo de material plastificado a partir del almidón de yuca’. Este proyecto que se gestó en el Grupo de Materiales y Manufactura de los Departamentos de Ingeniería Mecánica e Ingeniería Química y de Alimentos de la Universidad de los Andes, ha logrado, a partir de este tipo de almidón, producir materias primas, películas y bolsas compostables hidrosolubles.
Esta iniciativa, que ahora se conoce como Ecobioplast, se ha convertido en un ejemplo de cómo se logra, de forma eficaz, conectar a la academia con las necesidades reales de una sociedad moderna.
Todo sobre de innovación en materiales para empaques
Otro proyecto que se está desarrollando es el que se lleva a cabo en la Universidad del Cauca. El grupo de investigación sobre Ciencia y Tecnología de Biomoléculas de Interés Agroindustrial – CYTBIA, adscrito a la Facultad de Ciencias Agrarias de esta Universidad, ha venido desarrollando materiales biodegradables con el fin de contar con productos que sustituyan los plásticos tradicionales.
Los empaques biodegradables que se están desarrollando en la Universidad del Cauca son elaborados principalmente a partir de productos derivados de la yuca como el almidón y la harina, y otros componentes que proporcionan características plásticas al empaque. Se trata de una película flexible y una bandeja semirrígida.
Finalmente, un equipo de investigadores en Brasil también ha logrado producir un tipo de plástico más resistente y biodegradable que puede usarse en varios tipos de empaque, incluyendo los que se usan para embalar productos alimenticios o como bolsas de plástico.
“Nuestras pruebas indican que esta nueva técnica puede generar un plástico biodegradable tan resistente como los plásticos hechos de petróleo”, afirma Carla Ivonne La Fuente Arias, ingeniera química de la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz de la Universidad de São Paulo, al portal SciDev.Net.
Utilizando ozono (O3), los científicos logran cambiar las propiedades moleculares del almidón de yuca, obteniendo un bioplástico 30 % más resistente que el hecho de almidón de papa, arroz o maíz.
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