Soluciones de trazabilidad rumbo al 2030: retos y desafíos

La trazabilidad va más allá del control de inventarios y se orienta cada vez más hacia soluciones 4.0 que involucran al consumidor, con un enfoque sustentable, donde la visibilidad de la información facilita el ahorro de recursos.

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Seguir la ruta del recorrido punto a punto de la información de un producto en las distintas cadenas de producción y distribución requiere de soluciones ágiles, escalables y sustentables que permitan a las empresas mayor seguridad y control de inventarios, reducción de tiempos, costos y materias primas. A esa capacidad se le denomina trazabilidad e involucra elementos de visibilidad, seguimiento y rastreo que van desde el empaque y etiquetado hasta los procedimientos de logística y comercialización. 

En la actualidad, la tendencia en soluciones track & trace son aquellas capaces de combinar tecnología y gestión de los sistemas de información, a la medida de cada producto y sector, con la aspiración de integrar los distintos ecosistemas por donde pasan los productos: fabricantes, almacenes, transportistas y los clientes en punto de venta.

Conectividad, la clave

La conectividad es uno de los elementos principales que permite la identificación y el flujo de información a través de diversas tecnologías que van desde códigos de barras hasta tags con ID, que identifican a los productos de manera unitaria. La identificación básica se puede obtener con soluciones estandarizadas como códigos de barras, que contienen información como país, empresa y producto, o con códigos 2D, como los QR o Data Matrix, que almacenan información de manera horizontal y vertical en cuadros mediante píxeles.

Para dar el salto de la identificación digital hacia la trazabilidad es necesario complementar la ruta con sistemas de codificación e inteligencia de datos. Una de las soluciones en tendencia son las etiquetas y empaques con tecnología de radiofrecuencia RFID (Radio Frequency Identification), que funcionan con microcircuitos electrónicos que sirven como antena y con un microchip con datos. Estos chips tienen una identidad única que se activa cuando la antena recibe la energía de un lector, que a su vez se conecta con softwares capaces de decodificar y procesar la información.

“El RFID es una herramienta que permite el puente entre el mundo físico y digital”, afirma Fabiana Wu, Gerente Senior de Etiquetas inteligentes, lectores y RFID para Latam Avery Dennison. Por su amplio rango de lectura, estos tags permiten el escaneo de un lugar con lectores que captan la información hasta a 10 metros de distancia de manera general, y no necesariamente uno a uno. Con esta capacidad se pueden leer 400 productos en caja en solo dos minutos.

La primera industria que implementó la radiofrecuencia fue el retail de ropa, debido a la gran variedad de SKU que utilizan en productos de una misma línea con distintos colores, modelos y tallas, aunque en la actualidad esta tecnología se utiliza en todos los sectores productivos, donde cada uno tiene necesidades específicas de inteligencia de datos y seguridad, principalmente.

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“Las etiquetas con RFID te dan visibilidad del inventario y patrones de consumo por tienda, tiempos, y una gran cantidad de información que las empresas pueden generar con inteligencia de datos, que les permite saber cuándo se fabricó el producto, cuándo se vendió y en dónde se ubica en tiempo real”, dice Wu. Esta información, asegura, cada vez es más profunda y tiene como gran desafío llegar hasta el círculo del consumidor para generar una conexión directa con él.

Para lograrlo, Avery Denisson ofrece soluciones para integrar la información de los tag con lectores y codificadores de diferentes sistemas, que respondan a las necesidades de trazabilidad y tecnología de cada cliente.

La visibilidad del recorrido de un producto va más allá del tema logístico y en la actualidad se orienta hacia el ahorro de recursos y materias primas. Los fabricantes requieren un control total, porque conocer su inventario y seguirlo facilita la toma de decisiones: vender, trasladar, o comprar más.

Las tecnologías de radiofrecuencia aplicadas en empaques pueden ayudar a las industrias a ser más sustentables al facilitar un ahorro de recursos, control y agilidad de procesos. Por ejemplo, en los sectores de alimentos o farmacéutica muchos productos se rigen por temporalidad y caducidad, donde mejorar la gestión de la producción y adquisición de materias primas puede evitar desperdicios e impacto ambiental. Todo ello, afirma Wu de Avery Denisson, motivado por los compromisos de desarrollo sustentable a nivel global, que muchas industrias deben cumplir con miras a 2030.

Lecciones para la región

En América Latina la implementación de soluciones track & trace para empaques no ha madurado del todo. A pesar de que tuvo un boom en los años 2000, es ahora cuando se está comenzando una implementación real, donde los desafíos técnicos son el tamaño, la masa metálica de los empaques y los líquidos, que pueden ser barreras para la lectura del RFID. Ahora, se tiene el reto de desarrollar chips más pequeños y sensibles que permitan un mejor performance y mayor rapidez.

La radiofrecuencia y el NFC son las herramientas más ágiles que posibilitan este dinamismo, porque permiten la interacción del consumidor final y toda la transparencia que el cliente requiere. La NFC es otra rama de la tecnología de alta frecuencia capaz de funcionar como lector o como etiqueta con información a la vez, para lograr una conexión de punto a punto.

“El mundo físico y digital tienen que caminar juntos hoy en día, porque el consumidor cada vez más digitalizado quiere tener información rápida, y al mismo tiempo las empresas requieren seguridad no solo en la precisión de los datos, sino en la veracidad de toda la información”, finaliza Wu.